Declaración de IVAW sobre los ataques en Siria

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Texto original en inglés en IVAW

Irak Veterans Against the War (IVAW) condena en términos inequívocos el bombardeo de la base aérea de Sharyat en Siria hace seis días por el gobierno de Donald Trump. Como veteranos y veteranas de las interminables y crecientes guerras llevadas a cabo durante los últimos 16 años, sabemos muy bien que la intervención militar estadounidense exacerba y militariza aún más los conflictos en el extranjero y que la gente que paga el precio más alto es la gente común de las naciones ocupadas. También sabemos que ésta no es la primera vez que nuestro ejército ha sido utilizado en el conflicto sirio. Las bombas estadounidenses han sido lanzadas sobre Siria bajo los gobiernos de Trump y Obama, causando más de mil muertos civiles.

A la vez que nos oponernos a la larga historia de intervención y desestabilización de Estados Unidos en Siria y en la región, también reconocemos y nos oponemos a los muchos actores que causan muerte y devastación al pueblo de Siria. Bashar Al-Assad respondió brutalmente a un levantamiento popular y noviolento por la democracia y la libertad que surgió en 2011 y en los años transcurridos desde que se convirtió en una guerra civil. El gobierno ha bombardeado sistemáticamente con barriles de TNT, ha empleado tácticas diseñadas para causar hambrunas, ha «desaparecido» y torturado a destacadas figuras disidentes y voces de la oposición. Además de Estados Unidos, naciones extranjeras como Rusia, Israel, Arabia Saudita, Irán, Qatar y Turquía han utilizado a Siria como campo de batalla para sus luchas de poder, reforzando aún más la violencia. Sabemos que sin la autodeterminación, incluyendo el fin de toda intervención extranjera, el pueblo sirio no podrá ser verdaderamente libre.

También sabemos que la administración Trump, siguiendo el modelo de las administraciones anteriores, está profundamente relacionada con el complejo militar-industrial y busca aumentar el beneficio mutuo a través de la expansión de las guerras estadounidenses. Esto se refleja en la errática y peligrosa política exterior en que se embarca la administración Trump, así como en el astronómico aumento propuesto de 54.000 millones de dólares del presupuesto militar estadounidense. Vemos a traficantes de armas mundiales, fabricantes de armas y contratistas de defensa como beneficiarios de la violencia en Siria, los cuales pueden obtener beneficios con cada nuevo ataque y cada despliegue sucesivo.

Hacemos un llamamiento a que se detengan todas las acciones militares de los Estados Unidos en Siria, incluida la retirada de todas las tropas y bases estadounidenses en el país. Estos ataques con misiles de crucero se iniciaron sin consultar al Congreso ni al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Siguen una serie de peligrosos precedentes que justifican la fuerza militar «como humanitaria» y expanden el poder ejecutivo a expensas de la supervisión democrática. Una y otra vez, este impulso hacia la guerra ha servido para crear las condiciones para una mayor desestabilización, desplazamiento y víctimas civiles que tienen consecuencias devastadoras a nivel local, regional y, en este caso globalmente, como hemos visto en los últimos días con las crecientes tensiones entre Corea del Norte y los Estados Unidos.

Mientras que la administración Trump afirma que sus ataques en Siria son por razones humanitarias, sus políticas en el país y en el extranjero demuestran por el contrario su estrategia de movilización para la guerra, la islamofobia y el sentimiento anti-inmigrante como un medio para instrumentalizar el miedo y reforzar el poder. Igual que hemos cuestionado la llamada «Guerra contra el Terror» y este reciente ataque militar, seguimos cuestionando la islamofobia y la «prohibición de entrada de musulmanes» en el país. Si el gobierno de Trump quiere ser humanitario, puede comenzar a abordar las crisis que ha heredado poniendo fin a su política de negar la entrada de inmigración de países de mayoría musulmana y aceptando a los refugiados sirios en un número significativo.

Hacemos un llamamiento para que los inspectores de armas de las Naciones Unidas lleven a cabo una investigación independiente sobre la reciente utilización de armas químicas contra población civil y parar que se lleve a cabo un esfuerzo dirigido a nivel internacional para materializar el cese de la violencia en Siria. Desde los cientos de civiles muertos en Mosul la semana pasada a los continuos ataques contra Yemen, las operaciones militares estadounidenses continúan aumentando la inestabilidad política y erosionando las posibilidades de supervivencia de las personas. Llamamos a que se diluciden responsabilidades por los crímenes de guerra cometidos por los Estados Unidos en Irak, Yemen, Afganistán, Pakistán, Somalia e incontables países desde el comienzo de la llamada «Guerra contra el Terror».

A la vez que reconocemos que la política exterior de los Estados Unidos se basa principalmente en la guerra y la industria militar, también nos damos  cuenta del peligro de no reconocer que las personas y los países a los que pone en el punto de mira son diferentes entre sí. En lo que se refiere a las necesidades locales, las reivindicaciones y la determinación de los responsables de los crímenes de guerra, aspiramos a seguir el camino que marquen las personas directamente afectadas por estas guerras.

Irak Veterans Against the War (IVAW), 12 de abril de 2017