Qué significa una política de solidaridad real con el pueblo sirio

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James Trimarco, para Yes! Magazine. Tomado de Waging Nonviolence

 

Foto: Protesta contra el reciente ataque de misiles estadounidenses en Siria, en Union Square el 7 de abril de 2017 en Nueva York, Estados Unidos. El ataque a la base aérea militar siria se produjo días después del supuesto uso de armas químicas por parte del gobierno sirio contra una ciudad rebelde (foto de Spencer Platt / Getty Images)

Tras la divulgación de imágenes horripilantes de civiles sirios muertos por ataques químicos el martes, hubo predecibles demandas de que Estados Unidos «tomara medidas» contra el régimen de Bashar Al-Assad. De hecho, la línea dura en los partidos Demócrata y Republicano ha estado pidiendo la intervención militar de los EEUU en Siria por lo menos desde marzo de 2013, cuando mataron a más de dos docenas de personas en un ataque de gas sarin en el norte del país. En este contexto, Trump podría beneficiarse políticamente de los ataques de misiles del jueves contra un aeródromo sirio.

En su discurso a la nación, Trump dijo que el objetivo es «acabar con la masacre y el derramamiento de sangre«. Pero muchos expertos en Oriente Medio dicen que los ataques aéreos no detendrán la violencia. El régimen de Assad y sus aliados ya han superado más de 100.000 víctimas en una guerra civil que ha matado o herido a más del 11 por ciento de la población del país. Assad respondió de inmediato a los misiles de Trump con la promesa de que el ataque «no cambiaría esencialmente las políticas» del gobierno sirio. Como indicio, el pueblo que sufrió las armas químicas el martes fue bombardeado de nuevo el viernes y el sábado, presumiblemente por el gobierno sirio.

Estados Unidos podría ir más allá de ataques aéreos limitados y acelerar la acción militar. Pero los sangrientos resultados de la guerra en Irak sugieren que este enfoque sólo crearía más derramamiento de sangre y sufrimiento civil.

¿Qué podrían en cambio hacer los Estados Unidos? Dos defensores de la paz en la región sugirieron algunas ideas: Stephen Zunes, profesor de política y estudios internacionales en la Universidad de San Francisco y Ramah Kudaimi, organizadora sirio-americana que trabaja en el Comité Nacional de la Liga de Resistentes a la Guerra.

Zunes y Kudaimi comenzaron explicando por qué los ataques aéreos estadounidenses no funcionarán.

«Assad es un dictador brutal y un criminal de guerra y ya no debería estar en el poder», dijo Zunes, «pero ello no le corresponde a los Estados Unidos, el país en cabeza de los que respaldan los regímenes autocráticos y los ejércitos de ocupación. Corresponde al propio pueblo sirio, esperemos que reactivando el impresionante movimiento noviolento por la democracia… que surgió por primera vez en la primavera de 2011. »

Kudaimi está de acuerdo en que ahí es donde los Estados Unidos deben dar su apoyo.

Estos grupos -especialmente los Comités de Coordinación Local que en algunos casos se han transformado en equipos de periodismo comunitario– apoyan la democracia y son una alternativa a las milicias anti-gobierno de línea dura. Kudaimi pide que las personas de bien en Estados Unidos eduquen a otros para desmantelar «la falsa noción de que la elección está entre el régimen y los grupos extremistas«.

Los partidarios de esa estrategia deberían actuar pronto porque los Comités de Coordinación Local están disminuyendo bajo la opresión. Pero todavía existen, como el autor Joseph Daher dijo a Antidote Zine, e incluso celebraron elecciones local en enero en la provincia de Idlib – la ubicación del ataque químico más reciente del que se culpa a Assad.

A corto plazo, Kudaimi piensa que la política más útil que los Estados Unidos podrían seguir es «aumentar drásticamente el número de refugiados que reasienta» de Siria. (Por supuesto, eso sería una cambio radical para el Presidente Trump, que ha prometido aceptar precisamente cero refugiados sirios). Y continuando en esta línea, Kudaimi quiere que los Estados Unidos exijan que los países europeos envíen más barcos para rescatar a los refugiados sirios que intentan escapar del país en barco.

Cuando Zunes imagina un conjunto de políticas que podrían ayudar a poner fin a la violencia de Assad, ve a los Estados Unidos actuando junto con la comunidad internacional: «aumentando drásticamente la asistencia humanitaria; trabajando hacia una moratoria de armas por todas las partes; la celebración de una conferencia internacional de paz que incluya a los actores estatales y no estatales pertinentes; acelerar los esfuerzos diplomáticos para superar la obstrucción de Rusia en las Naciones Unidas; e impulsando a la Corte Penal Internacional a acusar a Assad y a otros responsables de atrocidades «.

Una vez más, muchas de esas posiciones constituirían un cambio significativo para el gobierno de los Estados Unidos. Por ejemplo, los Estados Unidos han tratado de debilitar a la Corte Penal Internacional en un esfuerzo por asegurar que nunca pueda procesar a los representantes del gobierno de los Estados Unidos.

Pero para Kudaimi, incluso un fuerte cambio en asuntos como la Corte Penal Internacional no será suficiente a menos que Estados Unidos comience a cambiar sus alianzas entre el pueblo sirio.

«Quiero subrayar que las acciones humanitarias sin la voluntad política de apoyar la lucha siria por la libertad, no pondrán fin a esta crisis humanitaria«, dice. «Mientras se permita que el régimen de Assad actúe con impunidad, continuará matando, torturando y desplazando a su antojo y continuará el desastre humanitario«.