Jo Cox, los Cascos Blancos y el rincón palmero Baasista

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Louis Proyect, 20 de junio, 2016

En 2015 Rick Sterling, un miembro de la junta directiva del Syria Solidarity Movement, publicó no menos de cinco artículos en [el conocido sitio web progresista estadounidense] CounterPunch que atacaban a los Cascos Blancos tachándolos de operación de “cambio de régimen” del imperialismo occidental.

http://www.counterpunch.org/2015/03/31/humanitarians-for-war-on-syria/

http://www.counterpunch.org/2015/04/03/about-those-chlorine-gas-attacks-in-syria/

http://www.counterpunch.org/2015/04/20/biased-reporting-on-syria-in-the-service-of-war/

http://www.counterpunch.org/2015/05/14/eight-problems-with-amnestys-report-on-aleppo-syria/

http://www.counterpunch.org/2015/09/18/what-has-changed-since-aylan-kurdis-death/

Uno podría preguntarse por qué un artículo no era suficiente para argumentar esa afirmación, pero los expertos en el arte de la propaganda saben bien que la repetición es la clave. En palabras de Adolf Hitler, “la técnica propagandística más brillante no dará fruto alguno a menos que tengamos presente constantemente un principio fundamental: debe limitarse a unos pocos puntos y repetirlos una y otra vez”.

El «Syria Solidarity Movement» fue creado por Sara Flounders, del Workers World Party (Partido de los Trabajadores del Mundo), y Richard Becker, del Party of Socialism and Liberation (Partido Socialismo y Liberación), una escisión del WWP. Curiosamente, los dos grupos nunca explicaron por qué tuvo lugar la escisión, decidiendo en cierto modo que los intentos de Lenin de aclarar la escisión con los mencheviques no era la clase de asuntos de los que se preocuparían. A pesar de la inmensa simpatía por Bashar al-Assad que expresa el abanico que va desde CounterPunch hasta el muy pijo London Review of Books, los dos autodenominados grupos leninistas no han sido capaces de usarla en provecho propio. Sus miembros se cuentan por cientos en vez de por miles. ¿Es posible que los jóvenes radicales no tengan el estómago necesario para tragarse a dictadores con mostacho que tienen la criminal ambición de mantenerse en el poder independientemente del sufrimiento y el dolor que ello cause?

Aquí debería mencionarse que la ofensiva contra los Cascos Blancos se cuenta entre las máximas prioridades del Syria Solidarity Movement. Junto a Sterling, Eva Bartlett y Vanessa Beeley se han pasado las noches en vela fabricando artículos con el mismo objeto. Esta campaña ha sido tan efectiva que al líder de los Cascos Blancos, Ra’ed Al-Saleh, le ha sido prohibida la entrada en EEUU a pesar de que el Departamento de Estado le concedió a su grupo 23 millones de dólares. Si Occidente está volcado en provocar el “cambio de régimen” en Siria, parece que no está haciendo un buen trabajo.

Como una víctima más tanto de la campaña de difamación orquestrada por los malvados assadistas del Syria Solidarity Movement y de un pistolero vinculado a neonazis estadounidenses, Jo Cox ha sido vilipendiada por su apoyo a los Cascos Blancos. Si se busca en Google “Jo Cox” y “Cascos Blancos”, el primer resultado es de Holistic Works, un sitio web dedicado a la irrigación del colon y cosas parecidas. Annie Dieu-Le-Veut, una redactora anónima que assume el nombre de un pirata francés del siglo XVIII, quiere que el mundo sepa “The Truth About the Late Jo Cox MP and Her Husband, Brendan”:

Nos están contando que persona tan extraordinariamente maravillosa era Jo Cox, porque dedicó su vida a ayudar a los refugiados. Seguro que fue una persona muy amable y su rostro lo demuestra. ¿Pero hasta que punto era sabia y realmente consciente? Hoy, cuando su cadáver aún no se ha enfriado del todo, su marido Brendan Cox tuitea un enlace de Go Fund Me hacia las “causas favoritas” de su mujer, y una de ellas son los Cascos Blancos.

Los Cascos Blancos no son una organización humanitaria ni tampoco son los “buenos” a pesar de sus cascos blancos. Los Cascos Blancos es el brazo de propaganda militar del intento de los Aliados de provocar un cambio de régimen desestabilizando Siria., y eso precisamente es lo que está causando en primer lugar el componente de refugiados dentro la crisis europea de los migrantes.

El artículo es en esencia una regurgitación del argumentario elaborado por Sterling y compañía. El cómo consiguieron estos que los expertos en irrigación de colon compartieran su historia, es algo que tiene el arranque de un buen artículo en Gawker (famoso sitio web dedicado a las noticias de famosos).

Por lo que he podido comprobar, el rincón de los palmeros baasistas ha estado subrayando los siguientes puntos en su persecución de los Cascos Blancos, también llamados Protección Civil Siria. El argumentario que sigue procede de los artículos de Vanessa Beeley que se parecen a los de Rick Sterling que se parecen a los de Eva Bartlett (parte uno, parte dos):

1. Fueron creados por un veterano militar británico, no por sirios.

El culpable es un tal James Le Mesurier, que Vanessa Beeley describe así:

Un especialista británico en “seguridad” y “ex” official de la inteligencia militar británica que cuenta con impresionante recorrido en algunos de los más turbios escenarios de intervenciones de la OTAN, entre las que se encuentran Bosnia y  Kosovo, además de Iraq, Líbano y Palestina.

No tengo ninguna duda de que ésta es una descripción precisa de su recorrido, pero evita la pregunta de por qué iba a perder el tiempo entrenando hombres para desenterrar a gente de entre los escombros cuando su experiencia podría aprovecharse mejor liderando ataques armados a las bases militares que han estado produciendo esos escombros. Por supuesto, éste el el talón de Aquiles de Sterling, Beeley, Bartlett, et al. No pueden justificar el hecho de que los helicópteros blindados y los reactores MIG han estado lanzando bombas y disparando misiles gratuitamente. Como le comenté a alguien el otro día, esta táctica parece ser una burda imitación de la que se empleó contra MOVE (grupo del movimiento de liberación negra en los años 70) en Philadelphia y contra la secta de David Koresh en Waco. Alguien podría incluso decir que lanzar bombas sobre un edificio de viviendas es un crimen de guerra, pero entonces el rincón de palmeros baasistas tiene un talento especial para justificar dicho comportamiento. Cuando John Wight aprovechó el ejemplo del bombardeo incendiario de Dresde para defender a Assad, quedó claro que no se había leído “Matadero Cinco” [libro en el que el escritor estadounidense Kurt Vonnegut describe su vivencia del bombardeo de Dresde como prisionero de guerra]. Si Wight hubiera tomado el mismo enfoque respecto a Hiroshima y Nagasaki, ¿habría publicado CounterPunch ese artículo? Supongo que si generase suficientes clics, puede que lo hubiera hecho.

2. Están financiados por George Soros, USAID y el Ministerio de Asuntos Exteriores del Reino Unido.

La cantidad de dinero necesaria para entrenar y apoyar a los trabajadores de los Cascos Blancos es al parecer de 40 millones de dólares en total. Ésta es la misma cantidad que los reactores rusos y sirios gastan en un solo día en crear escombros. En un contexto diferente, esto es lo que el economista marxista Arghiri Emmanuel denominó “intercambio desigual”. Desde el punto de vista de explicar por qué está teniendo lugar una destrucción a escala tan masiva recientemente, el sitio web War is Boring website  identifica cuáles son los principios rusos de “seguridad ante todo”:

La unidad de objetivos emite órdenes de acción con entre 24 y 36 horas de antelación, que ordenan a las tripulaciones bombardear unas determinadas coordenadas geográficas. Las tripulaciones emplean gran cantidad de tiempo planificando las misiones y programando adecuadamente sus sistemas de ataque y navegación. La seguridad es la cuestión primordial, no sólo porque a los mandos militares rusos les desagrade la idea de perder aviones, ya sea en maniobras o en combate, sino porque su jefes políticos, siempre conscientes del valor propagandístico de las operaciones militares rusas, no pueden permitirse las malas noticias.

Por lo tanto, por encima del 95% de las salidas de combate de los cazabomberos rusos se llevan a cabo a unas altitudes medias de entre 4.000 y 6.000 metros, a las que el avión queda fuera del alcance de las defensas del enemigo, sobre todo de los sistemas portátiles de defensa aérea .

Independientemente de que la misión sea llevada a cabo de día o de noche, más del 80% del armamento desplegado por la VKS [Fuerzas Aéreas Rusas] consiste en las llamadas bombas “tontas”. Obviamente, cuando se lanzan desde altitudes medias contra coordinadas geográficas —frecuentemente a través de una capa de nubes— tales armas son sumamente imprecisas.

Ya, ¿pero qué más da? De todos modos, el único yihadista bueno es el yihadista muerto.

3. Los Cascos Blancos en realidad son los malos.

Beeley identifica a Farouq Al Habib como uno de ellos. Ella afirma:

Al menos otros tres miembros del equipo fueron parte de la “revolución” siria incluido Farouq al Habib, uno de los tres líderes más destacados de los Cascos Blacos, que fue también líder del levantamiento en Homs contra el gobierno sirio y, según su testimonio, fue torturado por las fuerzas de seguridad del “régimen” sirio en 2012 por introducir un periodista en Siria para “cubrir” las “protestas pacíficas”. Habib fue uno de los miembros fundadores del “Consejo Revolucionario de Homs” (la CIA ha sido relacionada con prácticamente todos los “Consejos Revolucionarios”) antes de huir a Turquía en 2013 (En la segunda parte de este artículo se presentará un análisis más detallado de su testimonio contra el gobierno sirio).

Es interesante el cariño que le tiene Beely a los entrecomillados maliciosos. ¿El hecho de que no entrecomille “torturado” en el texto anterior, quiere decir que acepta que Habib fue torturado? Supongo que se lo merecía por su actividad “contra el gobierno sirio”. Así aprenderá de una vez. Supongo que eso es coherente con la participación de Bashar al-Assad en los vuelos de secuestro de la CIA. Si estás en medio de una grave guerra contra el terrorismo como es el caso de EEUU, Rusia, Israel y Siria, todas las medidas son aceptables. ¿No me creen? Pues lean la defensa de la tortura a terroristas que hace Alan Dershowitz.

4. Los Cascos Blancos son todos al-Qaeda.

La evidencia que respalda es un vídeo de Youtube que muestra a trabajadores de los Cascos Blancos llevándose el cadáver de un hombre ejecutado por combatientes de al-Nusra. Puesto que parte de su responsabilidad es retirar los cadáveres, sea cual sea su papel en el combate, la cuestión es si el hecho de llevárselos es una señal de alineamiento con los ejecutores o no. Beeley afirma: “Estos imparciales trabajadores humanitarios no hicieron NADA para evitar esta ejecución y aparecen cinco minutos antes del asesinato a petición de los ejecutores. Son escoltados a la escena para retirar el cuerpo inmediatamente después de que la víctima recibe dos disparos a quemarropa en la cabeza”. Quizás el hecho de que no iban armados y de que al-Nusra es un cruel grupo yihadista tuvo algo que ver con ello.

Este video de Youtube ha sido borrado debido a que no cumple con sus estándares, pero se puede encontrar otro vídeo que según Beeley sí confirma que son de al-Qaeda porque se les puede verapilar cadáveres de soldados baasistas muertos “rutinariamente uno encima del otro” y después pisoteándolos. No entiendo los rótulos en árabe del vídeo, pero no puedo ver mucho pisoteo. Quizás sean las cataratas lo que me impide verlo, pero lo dudo.

Otra prueba del extremismo de los Cascos Blancos es una foto que los muestra sosteniendo un cartel que dice: “No nos arrodillaremos”. Terrorífico, ¿no creen? Supongo que deberían haber enseñado algo como lo que los partidarios de Assad garabatearon en las paredes hace ya tiempo: “Bashar, o arrasamos el país”.

Beeley ofrece más pruebas de que al-Nusra y los Cascos Blancos están compinchados mediante el ejemplo de un tal Muawiya Hassan Agha, al que se ve de pie encima de un “tanque de al-Nusra” con un fusil en la mano. No está nada claro que es lo que hace que ese tanque sea parte de al-Nusra, pero aceptemos la palabra de Beeley en esta cuestión. Con 2700 voluntarios trabajando con los Cascos Blancos, la indisciplina de un solo hombre difícilmente se puede considerar indicativa de la organización entera.

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¿El tanque de Al-Nusra?

El problema con Beeley, Bartlett, Sterling y compañía es que simplemente no son capaces de esconder bajo la alfombra la evidencia de que hay ciudades enteras que están siendo trituradas por los bombardeos. Las imágenes de Alepo, Homs y otros bastiones de la revolución siendo reducidas a escombros hasta el punto de que son necesarios voluntarios que los excaven en búsqueda de supervivientes, son el problema de máxima importancia que no puede ser ignorado.

Gran parte de los daños están siendo causados por los barriles bomba, un artefacto aún más carente de precisión que las bombas rusas arrojadas desde 6000 metros de altura. En uno de los más escalofriantes artículos que han salido de la cadena de montaje de propaganda de Vanessa Beeley, nos la encontramos intentando justificar su utilización:

En sí mismo, el barril bomba es un misil rudimentario, barato de producir [alrededor de 200 dólares por bomba dependiendo del nivel de TNT]. Tiene fallos de diseño, como por ejemplo las aletas estabilizadoras, que no son aerodinámicamente perfectas, a pesar de varios cambios.

Pero bueno, igual que antes, ¿para qué preocuparse de la precisión cuando el objetivo evidente es reducir a cenizas un mercado callejero y obligar a los ciudadanos a emigrar?

Habría que recordar que el SAA está librando una guerra, pero no contra rebeldes antigubernamentales como son representados en los medios de comunicación. Se trata más bien de una guerra sucia contra un despiadado y sediento de sangre ejército mercenario financiada, armado y apoyado por la alianza intervencionista imperial [EEUU, Turquía, Arabia Saudí, Jordania, OTAN, Israel].

Eso es razón suficiente, supongo, para reventar a un hombre comprando coles en un puesto callejero y mandarlo al otro barrio. Y esto lo acaba de redondear:

En toda guerra se pierden vidas civiles, es inevitable y sobre todo cuando los terroristas se camuflan en zonas civiles, convirtiendo a los civiles en escudos humanos… Tampoco se menciona normalmente que el SAA hace esfuerzos factibles para evacuar las áreas civiles densamente pobladas antes de apuntar hacia las células terroristas.

¿Será consciente Beeley de que ésa es la misma línea que usa el IDF [Israel Defense Force] para defender sus crímenes de guerra  en Gaza? Qué ironía que ella publique ese material desde un sitio web llamado “The Wall Must Fall” (El Muro Tiene Que Caer), una referencia al que se levantó entre Israel y Cisjordania. A la Historia le costará trabajo entender qué es lo que llevó a gente como Sterling, Beeley y Barrett a salir en defensa de Assad cuando estaba siguiendo tan obviamente la estrategia militar de Putin en Chechenia y Netanyahu en Gaza.

Hay por lo menos un grupo palestino que ve las cosas con mayor claridad  que esta pandilla:

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