Durante el último año, el mundo ha sido testigo de una alarmante escalada de violencia: el genocidio en Gaza, la guerra en Ucrania, la guerra civil en Sudán, el conflicto en la República Democrática del Congo y más de 30 conflictos armados en el Sur Global (la mitad de ellos en África) han llevado a millones de personas a morir, sufrir heridas, perder su sustento o ser desplazadas por la fuerza. Todavía se vislumbran nuevos conflictos violentos en el horizonte a medida que aumentan las tensiones mundiales y crece la competencia entre las naciones, mientras que los órganos de mediación y solución de conflictos como las Naciones Unidas son marginados o ignorados.
El militarismo está alimentando claramente todas estas guerras y violencia, pero a pesar de los llamamientos a pasar de las armas y la violencia a las negociaciones de paz y el desarme, los gobiernos están insistiendo en una receta para el desastre y aumentan significativamente sus presupuestos militares. En lugar de buscar caminos hacia la paz invirtiendo en diplomacia, ayuda humanitaria y resolución de conflictos, han decidido entregar cada vez más dinero a la industria armamentística. La historia ha demostrado reiteradamente que la militarización no trae ni paz ni seguridad; perpetúa ciclos de destrucción, sufrimiento e injusticia y alimenta la destrucción del clima. Por lo tanto, la militarización no es una solución, sino parte del problema. ¿Cómo va a dar más de lo mismo cualquier resultado que no sea más guerra, violencia e injusticia?
Toda esta violencia también está siendo alimentada por discursos y políticas cada vez más agresivas y abiertamente supremacistas que exacerban un clima de miedo y proponen una mayor militarización y securitización de nuestras sociedades como el único camino a seguir, cerrando así cualquier debate público.
Invertir en la guerra y el rearme significa recortar recursos valiosos de nuestro bienestar. Cada céntimo que se gasta en armas es un céntimo que no se gasta en servicios públicos esenciales, lo que mejoraría nuestras vidas, proporcionaría una seguridad genuina y construiría una paz sostenible. En un momento de crisis climáticas y ambientales que ponen en riesgo el planeta y la vida de las generaciones actuales y futuras, es esencial reducir los presupuestos militares y utilizar estos recursos para salvar a las personas y al planeta. La prioridad de los gastos relacionados con la guerra sobre las necesidades fundamentales de la sociedad agudiza el sufrimiento, profundiza la inseguridad económica y aumenta la desigualdad social. Una mayor militarización y aumento del gasto militar implicará necesariamente más austeridad y recortes en los servicios públicos esenciales, al tiempo que alimentarían la represión y la pérdida de derechos y libertades, tanto en el país como en el extranjero. También es primordial desmentir el mito de los impactos positivos que las inversiones militares tienen en las economías nacionales. El aumento del gasto militar, además de reforzar un statu quo basado en la violencia y la injusticia, desvía recursos de sectores civiles más productivos, que reportan mayores beneficios, tanto a corto como a largo plazo, incluida la creación de empleo.
Exigimos el fin de esta carrera armamentística temeraria. El mundo no necesita más armas, sino más diálogo, cooperación, instituciones democráticas mundiales y un compromiso con la justicia y la dignidad humana.
- Pedimos urgentemente a los gobiernos que reduzcan el gasto militar y, en su lugar, aborden a través de la cooperación y la diplomacia los desafíos globales de nuestro tiempo que requiriemos todos los recursos disponibles.
- Pedimos que se realicen verdaderos esfuerzos encaminados al desarme mundial, detener el comercio de armas y cesar los envíos de armas a los países en conflicto, implicados en la inestabilidad regional o en la violación sistemática de los derechos humanos y el derecho internacional. Pedimos a los gobiernos y a las empresas que prioricen la paz y la justicia sobre los beneficios derivados de la fabricación y el comercio de armas.
- Pedimos a los gobiernos (especialmente a los de Estados Unidos y los países de la UE) que dejen de suministrar y comprar armas a Israel, y utilicen todos los medios existentes, incluso adoptar sanciones contra el gobierno israelí, para presionar para conseguir un verdadero alto el fuego y el fin del genocidio en Gaza.
- Pedimos un debate sincero y activo sobre las arquitecturas de seguridad internacionales y regionales nuevas y receptivas basadas en las ideas de seguridad compartida común, desarme y justicia mundial. Pedimos a los gobiernos que respeten el derecho internacional y los tratados internacionales de desarme, apoyen el marco internacional de solución de conflictos de las Naciones Unidas, apliquen los compromisos contraídos en el Pacto de las Naciones Unidas para el Futuro y preparen activamente un cuarto período extraordinario de sesiones sobre desarme en la Asamblea General de las Naciones Unidas.
- Pedimos a los gobiernos que aborden la crisis climática ahora. Los ejércitos mundiales son responsables del 5,5% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI). Esto significa que si los ejércitos del mundo fueran un país, este sería el cuarto mayor emisor. El aumento del gasto militar significa un aumento de las emisiones de GEI. Si se puede disponer de miles de millones de euros para adquirir armas, no hay razón para que no se pueda disponer de esas cantidades para proteger del clima y así abordar el mayor desafío al que se ha enfrentado la Humanidad.
- Hacemos un llamado a la sociedad civil a nivel local, nacional, regional e internacional para que se una a la campaña GCOMS para luchar contra el aumento del gasto militar, para fortalecer el movimiento global por la paz y la justicia, y para presionar a los buscan justificar un militarismo interminable en nombre de la seguridad.
Firma el llamamiento como organización aquí o en la forma incrustada a continuación.
La edición 2025 de los Días Globales de Acción contra el Gasto Militar (GDAMS) tendrá lugar del 10 de abril al 9 de mayo, incluyendo:
– 10 a 11 de abril: Conferencia sobre Seguridad Común
– 15 de abril: Inicio de la declaración de la renta en EE.UU.
– 22 de abril: Día de la Tierra
– 28 de abril: Publicación de los nuevos datos sobre gasto militar (cifras de 2024)
– 9 de mayo: Día de la Paz de Europa
También podría interesarte firmar estas iniciativas relacionadas:
– Stop Rearm Europe
– Manifiesto No nos resignamos al rearme y a la guerra en Europa.
– Manifiesto contra la militarización: Científicos unidos contra el rearme de la UE
Gracias a Escif por la ilustración.